Tate dominó a Nakai, aunque la japonesa tuvo algunos golpes interesantes, además de buenas iniciativas para llevar a la rival al piso.
Si bien la diferencia de altura no es algo que debiera influir (recordemos que una de las peleadoras más altas de la UFC ha sido derrotada en dos oportunidades), en este caso, la diferencia de altura estuvo del lado de Miesha.
Rin Nakai sufrió todo tipo de golpes: patadas, rodillazos, puños, codazos, fue tirada al suelo; de a poco se fue debilitando. Terminó el primer round bastante cansada.
El segundo round empezó de forma similar, pero hacia la mitad, Nakai logró montarse sobre Tate y comenzó a estrangularla. Así estuvo durante un buen tiempo, pero con mucho cuidado Miesha logró quedar en una posición dominante. El round terminó con Miesha golpeando a la japonesa en el rostro.
El segundo round empezó de forma similar, pero hacia la mitad, Nakai logró montarse sobre Tate y comenzó a estrangularla. Así estuvo durante un buen tiempo, pero con mucho cuidado Miesha logró quedar en una posición dominante. El round terminó con Miesha golpeando a la japonesa en el rostro.
En el tercer round, Tate casi es estrangulada de nuevo, pero pudo zafar también en esta ocasión y bloquear los intentos de derribo. Asimismo, tuvo mayor precisión en el golpeo, cuyos efectos se vieron en el cuerpo de la japonesa. Por lo tanto, ganó la contienda por decisión unánime.
Terminada la pelea, Sarah McMann pidió para enfrentarse contra Miesha Tate, además de que ambas están en el tercero y segundo lugar respectivamente en el ranking de la categoría.
Rin Nakai -según fue discutido en bastantes foros- debería bajar de división ya que para medir apenas 1m55, las 135 libras son algo excesivas.
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