(Después de una gripe monstruosa, estoy de vuelta)
Su combate contra la brasileña Amanda Nunes fue de antología. Como mencionamos en otras entradas, cualquiera de estas dos luchadoras (Nunes y Zingano) hubieran dado una flor de pelea contra Ronda Rousey, por lo que el hecho de que la UFC enfrentara a ambas entre sí, es una forma de librarla a Ronda de rivales peligrosas... es decir, de tener a una posible contrincante en vez de dos.
La brasileña Nunes es conocida por sus K.O., sus peleas salvajes, por haber dejado a las rivales muy dañadas físicamente. Zingano por su parte, es una luchadora invicta, pero que llegaba a esta pelea luego de recuperarse de una lesión importante en la rodilla, que la mantuvo ajena al deporte durante muchísimo tiempo, y lamentablemente, en este lapso sufrió la trágica pérdida de su marido que cometió suicidio.
Era una pelea vital para ella, de tener la posibilidad de demostrar su capacidad para recuperarse y su estabilidad para seguir en pie camino al título.
Zingano ya ha dejado en claro que puede resurgir como el ave fénix, luego de dar vuelta una pelea que Miesha Tate tenía ganada. Y en este caso, sucedió exactamente lo mismo, pero de forma mucho más extrema: Nunes dominó también los primeros dos rounds, donde todo indicaba que si Cat Zingano no lograba el K.O., perdería por puntos o lo peor, podría sufrir una derrota más dolorosa.
Durante el combate, aguantó y aguantó, zafó de posiciones complicadas, soportó golpes, falta de aire, el hecho de que Nunes tuviera su juego muy controlado, quedar por debajo de su contrincante... A medida que pasaba el tiempo, parecía casi imposible que pudiera dar vuelta la pelea.
Pero entrando el tercer round (el mismo en el que descolocó completamente a Miesha Tate) apareció una luchadora que parecía de ficción por su excelencia. Dejó a Amanda Nunes como una peleadora principiante, marcando la cancha en todo momento. Es como si hubiera entrado una Cat Zingano completamente renovada, sin cansancio, con el objetivo de aniquilar a su rival. Y así lo hizo, llegado el momento, logró un espectacular derribo (el que se observa en la foto de arriba) para quedar por encima de Amanda Nunes y destruirla con los golpes más impactantes que se hayan visto en los combates femeninos de UFC: ground and Pound, codazos en la cabeza, brazos, costillas, rostro... mucho castigo.
El referee debió acercarse ya que la pelea estaba siendo finalizada de una forma abrumadora, y cuando Nunes explotó en sangre, la detuvo para darle la merecida victoria a Zingano.
Este triunfo, la hizo merecedora de una pelea contra Rousey (la cual iba a tener de todas formas antes de lesionarse) y se enfrentará a la actual campeona en el evento de UFC 184, a finales de febrero. Rousey VS. Zingano será el enfrentamiento co-estelar de la fecha.
Si tienen la posibilidad de ver la pelea descrita en esta publicación, prepárense para ver a una Amanda Nunes salpicando muchísima sangre, como si se tratara de una película Gore digna de un ranking violento.
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