Como menciona el título, Prairie Rugilo es la fundadora de "Girls4Sport" (Girls for Sport - muchachas para el deporte), la primera academia de artes marciales exclusivamente para mujeres, en New Jersey.
Prairie Rugilo decidió armar este emprendimiento para ofrecer un lugar cómodo e inspirador que entrena a chicas interesadas en Muay Thai, Kickboxing, Artes Marciales Mixtas, Defensa Personal y Fitness. Todo dictado en calidad de “alumnas cuyas instructoras son mujeres y solamente destinado a mujeres”.
¿Por qué decidiste empezar a entrenar artes marciales?
"Empecé en un principio porque le notaba mucho potencial fitness, pero nunca pensé que sería una artista marcial. Cuando cumplí 20 años estaba pasada de peso y no me gustaba la imagen que me devolvía el espejo. Empecé a correr y a entrenarme en el gimnasio, pero luego de tres meses me costaba muchísimo. Estaba perdiendo peso, pero también estaba perdiendo el interés. Sin embargo, no quería volver a sentirme insegura sobre mí misma así que supe que necesitaba hacer algo especial.
En ese tiempo trabajaba para una liga de policías donde también son entrenados en artes marciales y justo ofrecieron un programa de Judo y Boxeo. Empecé a mezclar mis tareas entre el gimnasio y estas dos actividades del programa. Muchos años después, descubrí el Muay Thai. Y desde entonces, he estado entrenando artes marciales por casi una década.
¿De qué manera te ha cambiado?
Bueno, definitivamente las artes marciales han reducido mi cintura! Me han enseñado disciplina y determinación, me han enseñado a quererme a mí misma especialmente en los tiempos difíciles, en mi formación y en la vida. Gracias a las artes marciales empecé a practicar windsurfing, otra de mis pasiones. Enfrentar el mar es como un combate, estar atrapada 20 minutos y tomar una ola tras otra que aparece sobre tu cabeza, es equivalente a la presión que experimentas en una ronda de sparring.
¿Cómo beneficia a las mujeres tener un espacio de aprendizaje sólo para ellas?
Desafortunadamente, muchas mujeres en América tienen inseguridades sobre ellas mismas. Creo que hay muchas mujeres que adorarían aprender artes marciales, pero la industria es predominantemente destinada hacia los hombres y a menudo intimida a la mujer promedio. Muchas de ellas empiezan a entrenar por la misma razón que yo tuve: desean estar en forma. Lo último que quieren es estar en una habitación con un montón de chicos jóvenes y bien preparados físicamente, con impulsos hacia la "lucha". Girl4Fight es un ambiente seguro donde las mujeres pueden aprender artes marciales reales, sin actitudes de “chicos malos”.
¿En qué aspecto se diferencia el progreso de tus alumnas, de aquellos entrenamientos mixtos en los que has sido testigo?
Las mujeres se divierten más cuando son “cosas de chicas”. Ellas entrenan tan duro como los hombres, pero mantenemos un ambiente de humildad. Les interesa conocer los detalles y mecánicas de lo que están aprendiendo. Estas mujeres se apoyan mutuamente sin que tengamos que indicárselo.
Si una estudiante se retrasa en un ejercicio, o si alguna está luchando con algo, el resto del grupo intenta motivarla con palabras de coraje, aplaudiendo e incluso finalizando el ejercicio al lado de ella. Es asombroso de ver! Desde un principio quedé impresionada por la camaradería de estas mujeres.
Comencé Girl4Fight para inspirar a otras mujeres; pero nunca esperé ser yo la inspirada por ellas. Muchas son súper chicas, mantienen su familia, su hogar, van a trabajar, otras incluso estudian aparte de todo lo dicho, y todavía encuentran tiempo para venir a entrenar. Con la mayoría de los hombres que he practicado deporte, muchos de ellos van al trabajo, entrenan y luego regresan a casa. Es una rutina estructurada más rígidamente, pero del mismo modo más flexible"
FIN
Vuelvo un poco sobre el mismo tema que hablaba en el post de las “Asgarda”… no me parece que la solución sea aislarse de lo que se considera ¿adverso? para el entrenamiento femenino. Las divisiones no son precisamente el orden de todos los ámbitos en los que nos manejamos. Siempre estamos interactuando con el sexo opuesto. Hacer un gimnasio exclusivamente para mujeres, lejos de mejorar algunas situaciones que les incomoda, evita que estemos juntos bajo un mismo techo, donde debemos saber exigir respeto al otro, ya sea en tareas individuales o grupales.
Hacerse a un costado no ayuda a modificar las actitudes que consideran negativas. Se necesita actuar sobre el problema, no apartarse. Si es necesario exigir respeto a un hombre, e incluso hablar con algún/a superior del gimnasio por cualquier situación incómoda que suceda, debe enfrentarse allí mismo donde este problema aparece. Es una cuestión de educación lógicamente y que no sólo debe promoverse en un gimnasio, sino en todos los lugares donde nos relacionemos con el grupo de pares.
Además, me da la impresión de que hay cierto estereotipo de que la mujer hace deporte “para adelgazar”, en vez del disfrute que produce el deporte en sí mismo, las competencias, la búsqueda de más fuerza, más masa muscular, conocer gente, y miles de otros motivos que para nada se encierran en el clásico “no estar gorda”. A su vez el “alumnas cuyas instructoras son mujeres, y solamente destinado a mujeres” intenta ser de un feminismo radical, pero se convierte en machismo puro.. pobres nosotras las damiselas en apuros que debemos estar a salvo de los monstruosos hombres!
Por último, tampoco coincido en que las mujeres tengamos más responsabilidades en el hogar que los hombres (por lo que menciona en la última parte) ¿A esta altura hace falta decir que el sexo masculino no es inválido y que también debe trabajar en lo doméstico?
Aclaro que me parece una entrevista carismática y sus intenciones son muy loables, pero no comparto los medios (como por ejemplo el aislamiento) que emplea para los fines que pretende (el entrenamiento de artes marciales).